A la hora de diseñar y maquetar un catálogo, folleto, revista… se utiliza lo que llamamos retícula. Sirve para organizar el contenido de una forma estructurada, con coherencia, para seguir un orden y equilibrio en la composición. Obtener claridad y precisión en el trabajo. Se forma de líneas horizontales y verticales que encuadran el contenido.
Es utilizada a la hora de realizar catálogos por ejemplo, para seguir una estructura igual a lo largo de toda la publicación.
La retícula surgió con los arquitectos y pintores antiguos. Y fue a mediados de los años 70 cuando en Europa se estandarizó su uso. También surgió un movimiento contra la retícula porque se decía que limitaba a los diseñadores.
Cuando se construye una retícula hay que tener en cuenta todos sus componentes. Y distribuimos el espacio con:
-Columnas, se puede dividir la hoja en tantas columnas como nos haga falta para nuestra composición.
-Márgenes, estos son los espacios en blanco, donde no hay contenido alrededor de la composición, bien para dar respiro al contenido o para dar descanso al ojo.
Se trata de hacer una composición a través de módulos para distribuir el contenido a poner en el documento de una forma ordena o no. Según las necesidades y condiciones del proyecto a realizar.
Existen muchas formas de construir tu propia retícula, todo depende del contenido y tipo de trabajo. A continuación vamos a mostrar algunos ejemplos de retícula.
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